El inicio de esta etapa fisiológica no está claramente determinado pero se estima que empieza alrededor de los 65 años de edad. Llegar a esta edad en condiciones saludables y de bienestar resulta hoy en día todo un desafío. La nutrición en esta etapa de la vida se deberá adaptar a las complicaciones existentes, así mismo la forma de cocinar los alimentos cobran una significativa importancia, la necesidad de aumentar el consumo de algunos nutrientes, la textura de los alimentos y la digestión de los mismos influirán mucho en la calidad de la alimentación.
La necesidad de modificar la alimentación en cuanto al aporte calórico se justifica por la pérdida de la tonalidad muscular lo cual implica un metabolismo más lento. El porcentaje de masa muscular empieza a disminuir por lo que el compartimiento graso empieza a tomar más porcentaje. Esto influye directamente en el gasto metabólico basal el cuál también empieza a disminuir.
Como describimos, los procesos de envejecimiento afectan a la asimilación de todos los nutrientes debido a que disminuye la capacidad de absorción, utilización y excresión.
En lo que respecta al plan de alimentación se hace un hincapié importante en el aporte energético. Esto implicará tener en cuenta el aporte de hidratos de carbono en el plan de alimentación, el mismo deberá adecuarse a la disminución de la actividad física y otros factores condicionantes del requerimiento energético. Se estima que a medida que avanzan los años disminuye la necesidad energética entre un 2 al 5% por década.
En lo que respecte al aporte de vitaminas y minerales se deberán analizar todas las carencias existentes en esta etapa porque por más completa que sea la alimentación la absorción no actuará a nuestro favor.Si a esto sumamos enfermedades que dificulten la absorción y el uso crónico de medicamentos tenemos que estar atentos sobre la posibilidad de tomar suplementos.
1. Glucósidos cardiacos
2. Diuréticos
3. Fármacos antiinflamatorios
4. Abuso de laxantes
El déficit de vitaminas y minerales puede ser difícil de detectar a tiempo, es por eso que habrá casos donde se necesitarán suplementos vitamínicos que sean recetados tras una correcta valoración clínica, dietética y bioquímica.
No obstante para completar la valoración y poder diagnosticar de una manera completa y precisa se deberán analizar los resultados de la valoración hematológica, antropométrica e inmunológica.
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