Las enfermedades que se manifiestan en personas adultas como la hipertensión, la diabetes y la obesidad del grado 2 son enfermedades que no solo van en aumento en cantidad de personas sino que también afectan cada vez más a la población de niños y adolescentes.
Es grave la situación en la cual nos vamos encaminando nosotros mismos dando los ejemplos equivocados a la hora de poner en práctica los buenos hábitos alimenticios.

El manejo de pacientes con diabetes en la niñez y en la adolescencia  es un desafío que no solo lo representa para el paciente sino para todo su entorno familiar ya que su tratamiento al igual que muchas patologías asociadas a la alimentación requieren de un apoyo y colaboración familiar constante.
Un niño o adolescente diabético debe de poder asistir a las mismas actividades que desarrollan el resto de sus amigos y no privarlo de esas actividades por temor a que empeore  su estado de salud.

Vivir cotidiano del diabético …como hacerlo más fácil

Elegir comidas saludables, esto implica preparar en lo posible todo en el hogar y evitar comprar productos que no siempre son  avalados  como productos aptos para diabéticos

Introducir el consumo de frutas y verduras tanto en las colaciones como en las comidas principales
 

Realizar una lista de alimentos permitidos y no permitidos y de a cuerdo a eso elaborar un mini libro de recetas con platos principales y postres de modo a que el niño vaya adquiriendo conocimiento para su futura alimentación y que participe de las preparaciones
 

Estudiar el intercambio de los alimentos, con ayuda del nutricionista elaborar el cálculo de los requerimientos diarios de acuerdo a su  edad y peso  teniendo en cuenta la actividad física y de esta forma poder estructurar el porcentaje de calorías y macronutrientes para las 6 comidas diarias.
 

Manejar correctamente las porciones, si es posible realizar cuadros con ilustraciones de manera que facilite el aprendizaje  lo cual lo ayudará a elegir por si solo a la hora de compartir bocados en los festejos, excursiones y reuniones con los amigos.
 

El deporte como medicina

Implementar la práctica de deportes colectivos. La etapa de la niñez y la adolescencia implica un estilo de vida donde se comparte mucho con los amigos por lo que es recomendable inscribir a los niños en escuelas de fútbol, básquet, handball,  y otros deportes como natación y danza para estimular el hábito deportivo desde temprano combinando  diversión-actividad física.
El ejercicio en el paciente diabético estimula a los músculos a requerir el consumo de la glucosa nuestra primera fuente energética, por lo que se aumenta el estimulo y la sensibilidad de la insulina en el organismo. Esto permite que el cuerpo actúe contra la resistencia a la insulina. El estimulo del ejercicio físico el pequeño secreto de todos los días ayudará a que el paciente presente  pocas complicaciones con su enfermedad y facilite su forma de vivir con la enfermedad evitando en lo menor posible las terapias con insulina.
 

Manejar la hipoglucemia

Aprender a manejar los estados de hipoglucemia es otro de los puntos fundamentales para evitar complicaciones a la hora de realizar deportes. La hipoglucemia se puede manifestar por errores en las dosificaciones de insulina, por un inadecuado aporte de hidratos de carbono o por una actividad física mayor, por esta razón es importante que el niño o adolescente tenga en cuenta las colaciones necesarias según la intensidad del  ejercicio practicado, para que los síntomas de malestar no sean un impedimento en la práctica de las mismas.

Autocontrolarse
El automonitoreo es otro de los factores fundamentales. Enseñar al niño a realizar su propio control del estado de glucemia, glucosuria y cetonuria lo ayudará a conocer su propio metabolismo  y así evitar complicaciones y por otro lado hacerlo más consciente de su enfermedad.  
 

Por: Lic. Daniela Moreno

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